viernes, 8 de diciembre de 2017

The Punisher (Episodio Piloto)

Título original: The Punisher. Año: 2017. País: Estados Unidos. Género: Acción, Intriga, Drama. Director: Tom Shankland. Guionistas: Steve Lightfoot, Angela LaManna y Ken Kristensen (adaptando los comics de John Romita, Gerry Conway y Ross Andru). Intérpretes: Jon Bernthal, Amber Rose Revah, Ebon Moss-Bachrach, Jason R. Moore, Shohreh Aghdashloo, Daniel Webber, Michael Nathanson, Kelli Barrett, Delaney Williams, C. Thomas Howell.

Presentado durante la segunda, y excelente, temporada de Daredevil, ésta no es, sin embargo, la primera encarnación que ha conocido el personaje de la factoría Marvel. Ya antes había protagonizado varias películas ciertamente olvidables. La más conocida, y quizá la menos infumable (aun siendo un pequeño bodriete), protagonizada por Thomas Jane (quien volvería a darle vida en un cortometraje producido por él mismo y bastante reverenciado por el fandom: Dirty Laundry) y con John Travolta interpretando al malo de turno. Su título: El Castigador (The Punisher). No fue un superéxito, pero llegó a conocer una secuela en la que, eso sí, no participó ninguno de los implicados en la cinta original.


Como decía al principio, el personaje fue presentado en sociedad, al menos en esta nueva fase del UCM (televisivo en lugar de cinematográfico), en la popular Daredevil. Pero, ¿quién es este Castigador (aka The Punisher)? O, mejor dicho, ¿Quién es Frank Castle/Castiglione (el hombre que se “esconde" tras dicho alias)? Castle es un  veterano de guerra (experto en artes marciales, en la lucha cuerpo a cuerpo y en el manejo de toda clase de armas) cuya familia fue asesinada. Ahora, y con su principal objetivo cumplido (vengarse de aquellos que acabaron con la vida de sus seres queridos), no sabe cómo continuar con su vida (más allá de trabajar, de sol a sol, en una obra, donde es odiado y acosado por el resto de compañeros; pero tranquilos, sus nuevas motivaciones no tardan en aflorar). El personaje, el original, el de los cómics, fue creado en el año 1974 por el guionista Gerry Conway y los dibujantes Jon Romita (Sr.) y Ross Andru. Su primera aparición fue como enemigo (en una trampa urdida por El Chacal, clásico rival de Parker; o, mejor dicho, de su identidad secreta) de uno de los más populares superhéroes Marvel de todos los tiempos: Spider-Man. Los lectores quedaron encantados y él volvió a dejarse caer varias veces por los cómics del hombre araña, hasta que en 1986 obtuvo su propia serie. 


La que nos ocupa, traslación a la pequeña pantalla de sus desventuras, bebe claramente del resto de producciones Marvel auspiciadas por Netflix; si bien, el tono es todavía más oscuro (aunque encierre cierto toque de sensiblería dramática; es más, este capítulo pertenece más a dicho género, el del drama, pero salpicado por algunas escenas violentas y con cierta, y evidente, devoción por la intriga policíaca), se presenta como un trabajo mucho más violento (el personaje, y lo que tiene que contarnos, buena parte en forma de flashbacks, así lo requiere) y su narración pierde agilidad con respecto a la mostrada por sus hermanas mayores (puede que sea porque el personaje ya nos ha sido presentado y partimos desde un escenario en el que su principal razón de existir, la venganza, más que finiquitada; entendiendo que la mayoría de gente que nos acercamos a esta serie hemos visto previamente Daredevil, ya que está claro que son series destinadas a compartir público). Y sí, todo eso lo podemos comprobar en su primer episodio. Como también lo ajustada que se presenta la elección de Jon Bernthal para el papel protagonista; un actor con un físico distintivito y rotundo que se distancia del ofrecido por el resto de intérpretes (incluido un Dolph Lundgren post-Rocky IV, post-He-Man, y los Masters del Universo, y pre-Aquaman) que han dado vida al personaje. A la espera de reencontrarnos con otros, como Karen (Deborah Ann Woll), protagonista femenina en la serie del abogado/justiciero ciego, y presunto interés amoroso de Castle, The Punisher se nos muestra como un contrapunto más que decente al resto de propuesta de la casa; no será la más redonda, pero al menos es mejor que algunos de los últimos proyectos (lo siento, pero te vuelvo a mirar a ti, Iron Fist). Atención a la recuperación, para la causa, de Thomas C. Howell, popular en los 80 gracias a películas como Rebeldes (The Outsiders), Amanecer Rojo (Red Dawn) o Carretera al infierno (The Hitcher) y que actualmente sobrevive participando en toda suerte de infames Series Z, como La guerra de los mundos (War of the Worlds), u n mockbuster de nulo presupuesto destinado a aprovecharse del éxito de la cinta protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Steven Spielberg (¡ésta!), su secuela, American Pie 7 o, más recientemente, la paródica Attack of the Killer Donuts (o sea, ¡el ataque de los donuts asesinos!) y dejándose ver (por norma general, muy brevemente) en series de éxito tipo Ray Donovan, Outcast o ésta que nos trae hasta aquí.

Lo mejor: Lo bien que se expande el micro-universo televisivo de Marvel; incluso cuando se trata de presentar a un antihéroe como Frank Castle y se aleja de sus cánones de héroes (problemáticos o no) a lo Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage o Iron Fist. Pero es que, claro, los hiperviolentos (y políticamente incorrectos) cómics protagonizados por Castle poco (o nada) tienen que ver con la gran mayoría de cómics de corte superheróico. Y sí, también Bernthal o lo bien rematadas que están las (de momento escasas) escenas de acción.

Lo peor: Lo contemplativa que se presenta en este primer episodio. Imagino que, igual que ocurre con otras series del tándem Netflix-Marvel, como, por ejemplo, Los Defensores (The Defenders), han decidido no meter el turbo y tomarse su tiempo para presentar bien a nuestro protagonista, su entorno (el capítulo cuenta con toda una colección de flashbacks dedicados a indagar, aunque lo que en realidad hacen es pasar de puntillas, en el pasado de Frank) y sus motivaciones. No me parece algo especialmente reprochable, pero sí reseñable.

Puntuación: 6/10.

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