lunes, 30 de octubre de 2017

Thor: Ragnarok

Título original: Thor: Ragnarok. Año: 2017. País: Estados Unidos. Género: Acción, Fantasía, Ciencia-Ficción, Comedia. Director: Taika Waititi. Guionistas: Christopher Yost, Eric Pearson y Craig Kyle (adaptando las historias de los personajes creados por Stan Lee, Larry Lieber y Jack Kirby). Intérpretes: Chris Hemsworth, Mark Ruffalo, Cate Blanchett, Tom Hiddleston, Tessa Thompson, Idris Elba, Jeff Goldblum, Anthony Hopkins, Karl Urban, Ray Stevenson, Tadanobu Asano, Rachel House, Zachary Levi, Benedict Cumberbatch, Luke Hemsworth (sí, hermanísimo de Chris y pareja de la simpar Miley Cyrus), Sam Neill, Matt Damon, Stan Lee.

A la tercera va la vencida. O también podríamos decir que sí hay terceras partes buenas. Es más, estamos ante una tercera entrega que supera, en todos los aspectos a sus, para servidor francamente insípidas, entregas anteriores, Thor y Thor: El mundo oscuro (Thor: The Dark World), las cuales no se puede decir que fuesen mal recibidas por crítica (77%, la primera, y 66%, la segunda, según Rotten Tomatoes) y público (casi 450 millones y casi 645 millones de dólares, a nivel mundial, respectivamente).


Thor (Liam Hemsworth) y Hulk (Mark Ruffalo), desaparecidos, no, no tengo en cuenta el caso del primero, visto (en forma de cameo) en Doctor Extraño (Dr. Strange), desde Vengadores: La era de Ultrón (Avengers: Age of Ultron), protagonizan, mano a mano (¿o puño a puño?), esta particular adaptación de distintos títulos del Dios del Trueno (desde los más clásicos, firmados por los ya míticos Jack Kirby y Stan Lee, hasta algunos más recientes, obra de Walter Simonson y Sal Buscema). También juega un papel importante en la historia uno de los cómics más populares y alabados del gigante verde, Planeta Hulk (Planet Hulk), o, en menor medida, Contienda de campeones (Contest of Champions), en el que los héroes Marvel (y sí, simplificándolo muy mucho) se liaban a porrazos unos contra otros. Desde una trepidante intro (y ya hablamos de la película), que incluye la batalla entre nuestro héroe protagonista, quien no ha podido dar con ninguna de las Gemas del Infinito (sic), y Surtur (un gigante de fuego a quien pone voz, en la versión original, Clancy Brown), se nos introduce en la que será la más épica, y cómica, Waititi ha tomado buena nota de lo que James Gun ha hecho con la franquicia Guardianes de la galaxia (Guardians of the Galaxy), película protagonizada por Thor y compañía, ya que posteriormente seremos testigos de la destrucción del Mjolnir (nombre que recibe el martillo del hijo de Odín, a quien da vida, a Odín me refiero, nuevamente Anthony Hopkins, en un papel que se antoja pequeño pero trascendental), de la conquista de Asgard o de cómo nuestro protagonista, convertido en mercancía a la venta, se reencuentra con Hulk (Mark Ruffalo) en un planeta en el que ambos serán obligados a luchar entre sí. ¿Conseguirán escapar de dicho planeta y recuperar el reino de Asgard? Son las grandes (bueno, no tan grandes) incógnitas que nos plantea esta historia que, como viene siendo habitual en el cine (o la tele) de superhéroes, cuenta (y yo lo celebro) con varios personajes femeninos fuertes y destacables (en esta ocasión tenemos a Hela, interpretada por la siempre solvente, y en esta ocasión un tanto desaprovechada, Cate Blanchet, como la mala de la función, y una especie de versión femenina, y borrachina, de Han Solo a la que da vida Tessa Thomson, a la postre la gran revelación de la cinta).


Thor: Ragnarok se toma varias licencias; la más clamorosa (aunque necesaria y, hasta cierto punto, tremendamente lógica): cambiar el origen de Hela (Cate Blanchet), ya que aquí es presentada como hermana de Thor (y Loki), mientras que en los cómics es, aparte de archienemiga de nuestro Dios del Trueno, hija de Loki y de Angrboða (giganta de la, claro, mitología nórdica), siendo nombrada Diosa de la Muerte por el mismísimo Odín, quien le otorgó el gobierno sobre los muertos en los reinos de Hel y Niffleheim. Aquí, y con el poder que le otorga Asgard, tratará de deshacerse de Thor para gobernar más allá del inframundo. Estamos pues ante una adaptación que picotea de distintas fuentes y cuya trama parece avanzar a trompicones, pero que consigue, en conjunto, dar entidad (arrasando de paso con lo visto y con el tono de las dos primeras entregas) a la que es (vuelvo a insistir, para servidor) la más amena de las películas del Dios nórdico. Está claro que no estamos ante la más relevante producción del UCM, pero sí ante un título tan espectacular como entretenido. Un divertimento palomitero mucho más eficaz que sus dos primeras entregas.

Lo mejor: Es la mejor de las tres entregas. Su cantidad de escenas impactantes (desde la ya mencionada intro, atención al sobresaliente uso musical, hasta su hipervitaminado clímax final, pasando por ese flashback que nos muestra la lucha que mantuvieron las valkirias contra Hela o, claro, la que protagoniza Thor contra Hulk), el diseño de personajes (con Hela al frente), su (indudable) comicidad o sus cameos (algunos tan inesperados como el de Matt Damon o tan necesarios como el de Scarlett Johansson, por mucho que sea visto y no visto).

Lo peor: Por mucho que servidor crea que el cambio la beneficia enormemente, es rupturista en cuanto a tono se refiere (Thor nunca se había presentado tan torpe y cómico, mientras que Loki ve reducido su papel al de mero bufón). También la poca gracia que tienen personajes nuevos como el de Goldblum (a su cargo están algunos de los peores chistes/gags de la cinta).

Puntuación: 6/10.

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