Título original: Scream. Año:
1996. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: Wes Craven. Guionista: Kevin Williamson. Intérpretes: Drew Barrymore, Neve
Campbell, David Arquette, Courteney Cox, Rose McGowan, Skeet Ulrich, Matthew
Lillard, Jamie Kennedy, Liev Schreiber.
¿De qué va Scream? Lo resumo rápido: Scream
va de un asesino en serie que contacta con sus víctimas a través de amenazantes
llamadas telefónicas. Sidney (Neve Campbell) y sus amistades se convertirán en los
nuevos objetivos del cinéfilo asesino. Ello provocará que la joven rememore un
angustioso suceso del pasado.
Scream supuso para el aficionado a las películas de terror adolescente todo un soplo de aire fresco, ya que el (sub)género parecía destinado al mercado videográfico y a producciones de ínfima calidad. Y es que Williamson se descubre como un amante de esas producciones y se nota en su inteligente guión. Además, sus múltiples referencias y chistes privados hacen de este trabajo todo un homenaje a los slashers de los 70 y 80. Si a ello se suma Craven, clave (guste o no) en el cine de terror gracias a películas tan emblemáticas como Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street) o Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes) la cosa promete. Y mucho.
También ayuda un reparto carismático, con actrices (nuevamente) en alza como Drew Barrymore (¡quien llegó a asegurar que perdió el periodo durante un tiempo de tanto gritar!) o populares gracias a la televisión, caso de Neve Campbell, de la serie Cinco en familia (Party of Five), o Courteney Cox, de la popularísima Friends. Todo ello (y mucho más; Ghostface se ha convertido, por derecho propio, en uno de los psicópatas más famosos y carismáticos del séptimo arte) elevó a Scream a la categoría de “resucitadora” (tras ella llegaron innumerables imitadoras, había que aprovechar el tirón comercial) de este tipo de películas de terror por su capacidad para regurgitar sus tópicos creando algo novedoso pero a la vez atrayente para los amantes del género. Scream es, sin ninguna duda, mi slasher favorito.
Scream supuso para el aficionado a las películas de terror adolescente todo un soplo de aire fresco, ya que el (sub)género parecía destinado al mercado videográfico y a producciones de ínfima calidad. Y es que Williamson se descubre como un amante de esas producciones y se nota en su inteligente guión. Además, sus múltiples referencias y chistes privados hacen de este trabajo todo un homenaje a los slashers de los 70 y 80. Si a ello se suma Craven, clave (guste o no) en el cine de terror gracias a películas tan emblemáticas como Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street) o Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes) la cosa promete. Y mucho.
También ayuda un reparto carismático, con actrices (nuevamente) en alza como Drew Barrymore (¡quien llegó a asegurar que perdió el periodo durante un tiempo de tanto gritar!) o populares gracias a la televisión, caso de Neve Campbell, de la serie Cinco en familia (Party of Five), o Courteney Cox, de la popularísima Friends. Todo ello (y mucho más; Ghostface se ha convertido, por derecho propio, en uno de los psicópatas más famosos y carismáticos del séptimo arte) elevó a Scream a la categoría de “resucitadora” (tras ella llegaron innumerables imitadoras, había que aprovechar el tirón comercial) de este tipo de películas de terror por su capacidad para regurgitar sus tópicos creando algo novedoso pero a la vez atrayente para los amantes del género. Scream es, sin ninguna duda, mi slasher favorito.
Lo mejor: El guión y la ya mítica escena inicial.
Lo peor: El (un tanto alargado) clímax final se les va un poco de
las manos.
Puntuación: 8/10.
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