jueves, 19 de febrero de 2015

La teoría del todo

Título original: The Theory of Everything. Año: 2014 País: Reino Unido. Género: Drama. Director: James Marsh. Guionista: Anthony McCarten (adaptando la novela biográfica de Jane Hawking). Intérpretes: Eddie Redmayne, Felicity Jones, David Thewlis, Michael Marcus, Harry Lloyd, Simon McBurney, Emily Watson.

¿Acaso no es Sir (por mucho que renunciase al título) Stephen Hawking uno de los personajes más populares de nuestra época? ¡Si hasta ha aparecido (y varias veces) en series como Los Simpsons (The Simpsons) o Big Bang (The Big Bang Theory)! Pues bien, ha sido adentrarme en la película de Marsh y darme cuenta de lo poco (poquísimo) que conocía al científico.


Y es que aquí se nos narra la vida de alguien que ha tenido que nadar a contracorriente (no quiero ni pensar lo que habría hecho yo estando en su situación), haciendo especial hincapié en su vida personal, y más concretamente en su relación con Jane (maravillosa Felicity Jones), la que fuera su mujer y madre de sus tres hijos. No en vano el guión adapta la biografía escrita por ella. Por ello convendría coger con pinzas algunos de sus capítulos (no voy a entrar a debatir sobre la dulcificación de algunos pasajes, por mucho que me chirríe el tono happy que predomina en una historia que, por otra parte, no puede ser más dura y dolorosa).


Que venga yo ahora a decir que La teoría del todo es una gran película, que narra una historia de amor y superación y que cuenta, además, con un par de magníficas interpretaciones (no hay palabras para definir lo que hace Eddie Redmayne, quien tiene a su cargo el cuasi imposible papel protagonista) es lo de menos. ¿Qué otra cosa cabría esperar de un trabajo que ha recibido tantas alabanzas como premios? Acérquense a ella, aunque sólo sea por disfrutar del ya mencionado tour de force llevado a cabo por Redmayne y Jones. Sólo por ellos ya vale (y mucho) la pena.

Lo mejor: Felicity Jones y, sobre todo, un prodigioso Eddie Redmayne, cuya interpretación es equiparable a la que llevó a cabo, por muy obvia que resulte la comparativa, Daniel Day Lewis en Mi pie izquierdo (My Left Foot).

Lo peor: Es demasiado autocomplaciente.

Puntuación: 7,5/10.

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